Sin lugar a dudas nuestra vocación es obtener lo mejor de nuestro entorno, generando empleo rural y llevando el tan apreciado oro liquido a todos los rincones de nuestro planeta.
Tras recoger las aceitunas, sea manualmente por vareo o con la ayuda de sistemas mecanizados, los frutos se transportan a la almazara donde se empieza su elaboración.
El primer paso es el análisis para determinar las características del lote y su clasificación. Una vez clasificado se procede a su limpieza, inicialmente por medio de aire soplado para separar las hojas y posteriormente con un lavado para quitarle posibles restos de suciedad. En cada lote se recoge una muestra para realizar el análisis químico y conocer su contenido en grasa y grado de acidez.
Tras estos pasos las aceitunas se almacenan momentáneamente en unas tolvas esperando su turno de molturación, en el caso de los aceites Morellana no pasan más de 4 horas entre la recolección y la obtención del aceite, en los otros aceites que producimos el tiempo de elaboración no supera nunca las 8 horas. Una vez realizada la molturación por medio del molino de martillos, la masa se envía a las batidoras donde se estará procesando por un tiempo variable, este paso sirve para que las partículas de aceite se agreguen y permitan su posterior extracción. Finalmente, por medio de un proceso de centrifugado horizontal y vertical se separan el aceite, el agua y demás residuos sólidos.
El aceite está ahora listo para su almacenamiento en condiciones óptimas durante todo el año en depósitos de acero inoxidable inertizados y mantenidos a temperatura controlada. Finalmente, se procede al envasado y etiquetado, siempre bajo el cuidado de manos expertas.